viernes, 20 de noviembre de 2009

Luis Beltrán Prieto Figueroa y su Concepción de la Educación

La filosofía de la educación venezolana ha pasado por distintas etapas, según los distintos regímenes de gobierno, contextos sociopolíticos, ideologías imperantes, etc. Cada uno imprime en el sistema educativo una huella que es fácil de dilucidar con sólo hacer una revisión somera de las estrategias de enseñanza y los roles del docente, del alumno y del Estado.
Sin embargo, cuando finalizaba el régimen dictatorial de Juan Vicente Gómez y en Venezuela renacía la esperanza de una nueva forma de sociedad libre y con garantías del Estado, surge un docente comprometido con el mejoramiento del sistema educativo y la dignificación del maestro, proponiendo una nueva visión del proceso de enseñanza y aprendizaje. Este maestro, surgido del pueblo, fue Luis Beltrán Prieto Figueroa.
El Maestro Prieto, realizó importantes aportes al sistema educativo venezolano. La Federación Venezolana de Maestros, el Proyecto de Ley Orgánica de Educación Nacional del año 1948, gran cantidad de obras escritas dirigidas al mejoramiento del ejercicio docente, participación activa en la política del país, especialmente durante los turbios años desde 1941 a 1948, y sobre todo la introducción del concepto de Estado docente, basado en el pensamiento de Herman Heller y su Estado social.
La intención de esta investigación fue la de rescatar el pensamiento filosófico de una de las mentes más brillantes y productivas que ha tenido el país y que en su momento no fue apreciado, entendiendo que la sociedad y el Estado no estaban preparados para estas ideas tan novedosas, que aún mantienen gran vigencia y cobran mayor sentido. Se presenta un breve recuento de su vida y obra dentro del campo educativo, así como de sus principales aportes a éste; hace mención de su filosofía de la educación y de los roles de sus principales actores: docente, alumno, escuela y Estado, y cómo están interrelacionados entre sí.

LUIS BELTRÁN PRIETO FIGUEROA
Biografía


Luis Beltrán Prieto Figueroa nació en la ciudad de La Asunción en el estado Nueva Esparta, el 14 de marzo de 1902. Realizó sus estudios primarios y parte del bachillerato en la Escuela Federal Francisco Estéban Gómez. Culminó su educación secundaria en la capital del país, en el Liceo Caracas, bajo la tutela del maestro Rómulo Gallegos.
En 1934, Prieto Figueroa finalizó sus estudios en Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Central de Venezuela, y comenzó una intensa actividad política. En 1936 fundó el partido Organización Venezolana (Orve) y el Partido Democrático Nacional (PDN). Fue senador de Nueva Esparta entre 1936 y 1941, y nuevamente entre 1959 y 1969. Formó parte de la comisión redactora de la Constitución Nacional en 1936 y de la Carta Magna en 1961.
En 1941, Prieto Figueroa fundó quizás el partido más conocido de toda Venezuela, Acción Democrática (AD). Fue su secretario general entre 1958 y 1959 y lo presidió entre 1963 y 1967, año en el que se separó del partido y formó el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), el cual dirigió casi hasta su muerte.
Prieto Figueroa fue además secretario general de la Junta de Gobierno desde 1945 hasta 1948, así como Ministro de Educación entre 1947 y 1948, siendo en este período coautor del primer proyecto de Ley de Educación. El golpe de Estado del 24 de noviembre de 1948 lo llevó al exilio, hasta el restablecimiento de la democracia en 1958.
En este período lejos del país fue profesor de la Universidad de la Habana, y se dedicó incansablemente a la labor educativa como jefe de misión de la UNESCO en Costa Rica y Honduras.
A su regreso continuó su labor política y educativa. En 1959 fundó el Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE). Luego promovió la publicación de las obras completas de Simón Bolívar y de Andrés Bello, fue coautor de la Ley de Educación vigente, promulgada el 9 de julio de 1980, y estuvo siempre presente en las comisiones presidenciales de educación.
Prieto Figueroa murió el 23 de abril de 1993. Su constante labor a favor de la educación en Venezuela lo hace merecerse el título de “maestro de maestros”.

APORTES EN LA EDUCACIÓN

Luego de la muerte de Juan Vicente Gómez, el nievo gobierno, asumido por Eleazar López Contreras, provee a la población algunas de las libertades de las que carecieron en el gobierno anterior. Libertad de prensa, de manifestar, de reunirse, fueron las primeras luces de una nueva era en el país. Sin embargo, la libertad de organización fue el derecho que marcó un hito en el proceso de transición que vivía el país. Partidos políticos y sindicatos se organizaron rápidamente, aunque no con muy buenos ojos para el estado por cuanto se apoyaron en la nueva corriente de pensamiento político y social: el comunismo.
Entre las organizaciones fundadas durante este período está el gremio de profesores; es a partir de entonces cuando la sociedad comienza a tomar conciencia sobre la importancia de la educación como función decisiva para lograr cualquier propósito de cambio o de renovación nacional.
Las ideas transformadoras necesarias para llevar a la educación a un nivel más elevado, fueron impulsadas entre otros por el Profesor Luis Beltrán Prieto Figueroa, quien funda en 1932 la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria (SVMIP), dedicada al estudio de las ideas y movimientos pedagógicos que, para la época, ya tenían positiva acogida en algunos países de Europa y en los Estados Unidos, así como sus postulantes: John Dewey y Jean Piaget.
Cuando el número de representaciones de la SVMIP alcanzó una proporción significativa a nivel nacional, surgió la necesidad de revisar su estructura e infundirle una organización más dinámica y mejor identificada con los deseos de llevar a cabo funciones específicas dirigidas al bienestar de los maestros, de la cultura y de los niños. Para concretar este propósito, se convocó en agosto de 1936, la Primera Convención Nacional del Magisterio Venezolano, celebrada en Caracas entre el 25 de agosto y el 5 de septiembre de dicho año. Este evento constituyó la primera movilización nacional de profesionales, realizada en el país hasta esa fecha. Su éxito fue tan rotundo, que dio paso para impulsar la conveniencia de imprimirle carácter gremial a la anterior Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria, aspiración que al fin se concreta con la creación de la Federación Venezolana de Maestros, cuyo primer Presidente sería el doctor Luis Beltrán Prieto Figueroa.
Más allá del ejercicio docente, el maestro Prieto se presentó como un fecundo escritor y comunicador de esas ideas sobre las nuevas formas de enseñar a través de la exaltación de los valores que todo docente debe cultivar. Esta muestra de su condición de educador – comunicador, comienza a revelarse en 1936, cuando hace entrega, en su primer libro. Se trata de una nueva trayectoria que se inicia con su obra Psicología y Canalización del Instinto de Lucha.
Es ésta una publicación en la cual incursiona dentro de cierta temática social muy propia de la Venezuela postgomecista. En ella, Prieto plantea con indiscutible preocupación pedagógica, los riesgos previsibles para el futuro del país, si no se aborda de manera científica el estudio de las peligrosas manifestaciones de violencia presentes en algunos sectores de la sociedad, como desbordamientos de muchas tensiones reprimidas en la población, a causa de tantos años de represión padecidos durante la larga tiranía de Gómez.
Dada su sensible actitud de educador, alza la voz a tiempo para advertir que, ante los impulsos desbordados de un pueblo reprimido durante veintisiete años, no son propiamente las medidas compulsivas las que puedan garantizar efectividad en las nuevas tareas hacia las cuales se aspira orientar al país. Cualquier procedimiento represivo que se adopte, en lugar de ser una respuesta apropiada para calmar o neutralizar la intensidad de la violencia, probablemente pueda transformarse más bien, en un estímulo para aumentarla, sin esperanzas de garantizar después mayores posibilidades de control, cuando las consecuencias generadas o desencadenadas por su causa, en el futuro inmediato o lejano, ya hayan tomado proporciones de calamidad irreversible.
Gracias a la firmeza de dichos principios, logró mantenerse consecuente en la convicción de revalorizar la importancia del hombre, como factor esencial de todo proceso de transformación social. Por eso perseveró en defender la necesidad de canalizar los esfuerzos del ser humano, primordialmente, hacia propósitos que permitieran alcanzar la superación de sus precarias condiciones de vida. En conformidad con esta posición, no llegó a vacilar nunca en la necesidad de orientar el rumbo de sus expectativas, hacia la meta del quehacer educativo.
Otro de sus grandes aportes en materia educativa, además de su legado bibliográfico, fue la creación del Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE) en 1959. En su labor como jurisconsulto integró la Comisión Redactora del Proyecto de Constitución Nacional (1936) y de la Carta Magna de 1961. Asimismo, fue coautor del primer proyecto de Ley de Educación (1948) y de la Ley de Educación vigente, promulgada el 9 de julio de 1980. En 1986 formó parte de la Comisión Presidencial del Proyecto Educativo Nacional coordinada por el doctor Arturo Uslar Pietri.
Además de los aspectos anteriores, Prieto tuvo otras iniciativas de carácter institucional: Consejo Nacional de Universidades; Patronato de Roperos Escolares y Comedores Escolares; la primera escuela de Teatro de Venezuela (1947); el Taller Libre de Arte (1948); el Instituto de Profesionalización del Magisterio (1947), actual Instituto de Mejoramiento Profesional; adscribió la Radio Nacional, fundada en 1946, al Ministerio de Educación (1947), modernizando sus instalaciones.
En este último año incrementó la subvención por parte del Estado a la Orquesta Sinfónica de Venezuela, subvención existente desde 1936, e impulsó la creación del Servicio de Investigaciones Folklóricas Nacionales y el órgano divulgativo del mismo, la Revista Venezolana de Folklore, cuyo primer número corresponde al lapso enero-junio de 1947. Mediante una resolución del 10 de julio del mismo año, transformó la vieja Escuela de Artes y Oficios para Hombres en Escuela Técnica Industrial.

CONCEPTO FILOSÓFICO DE LA EDUCACIÓN
“Humanismo Democrático”


Para Luis Beltrán Prieto Figueroa, la educación está destinada a la formación integral del hombre con énfasis en el desarrollo humanístico, acorde con el contexto social específico, y su proyecto educativo estaba dirigido a la formación de hombres libres con herramientas para desarrollarse económica y socialmente dentro de la sociedad.
En el Proyecto de Ley Orgánica de Educación Nacional (1948), planteaba en la exposición de motivos los siguientes principios:
La filosofía de la educación nacional que fundamenta este proyecto puede sintetizarse en una expresión de neto contenido: Humanismo democrático. Formar al hombre en la plenitud de sus atributos físicos y morales, ubicado perfectamente en su medio y en su tiempo como factor positivo del trabajo de la comunidad, tiene que ser la meta de un sistema educativo moderno. La educación venezolana ha de ser, por tanto, humanista, desde las escuelas primarias hasta los institutos superiores (Proyecto de Ley Orgánica de Educación. 1948:4-5)
Prieto definió una nueva idea de lo que debía ser la educación en el país y del rol que debía tener el Estado como actor docente en la construcción de una sociedad más equitativa y democrática, así como de los maestros como ejes impulsores de la educación de masas. Conocedor de la realidad venezolana, fue pilar fundamental en la implantación y desarrollo de nuevos esquemas en el proceso educativo venezolano. Definió lo que significa el Estado docente, las concepciones sobre la gratuidad de la enseñanza y el rol de la educación privada.
En la “Ley Orgánica de Educación” de 1948, se establecieron siete objetivos fundamentales:
• Lograr el desarrollo armonioso de la personalidad.
• Formar ciudadanos aptos para la vida y para el ejercicio de la democracia.
• Fortalecer los sentimientos de la nacionalidad.
• Acrecentar el espíritu de solidaridad humana y fomentar la Cultura.
• Valorizar el trabajo como deber cívico fundamental.
• Aprovechar las riquezas naturales.
• Desarrollar la capacidad productora de la nación. (LEY ORGANICA DE EDUCACION DE 1.948, Artículo 2º, Caracas).

El Estado Docente

Prieto hace uno de los más importantes aportes teóricos sobre la educación venezolana, expuestos en la tesis del Estado docente, la cual elaboró a partir del concepto Estado social de Hermann Heller, de la escuela política alemana. Esta tesis la expuso en una conferencia dictada en la escuela normal Miguel Antonio Caro (agosto 1946), cuando expresó que “todo Estado responsable y con autoridad real asume como función suya la orientación general de la educación. Esa orientación expresa su doctrina política y en consecuencia, conforma la conciencia de los ciudadanos”. De acuerdo con lo anterior, la educación debía responder al interés de la mayoría y en tal sentido habría de ser democrática, gratuita y obligatoria combinando la igualdad de oportunidades y la selección sobre la base de las capacidades del individuo. Por lo tanto, la educación es función esencial del Estado, y debe buscar dignificar la profesión docente.

El Alumno

Durante los últimos años de las primeras tres décadas del siglo veinte las generaciones emergentes del país, comprendidas desde la infancia hasta los grupos de mayor madurez, especialmente las correspondientes a la juventud, enfrentaban la realidad de haber sido formados dentro de una tradición sociocultural basada en principios autoritarios, propios del sistema sociopolítico que venía rigiendo el comportamiento del país.
Entre los propósitos de mayor valoración social perseguidos por la educación de aquella época estaban la obediencia, el respeto y la sumisión irrestricta a los criterios de la autoridad, ya fuera ésta relativa al hogar o al resto de las instancias socioculturales o políticas de la colectividad, resaltando como normas de conducta a ser perseguidas por el sistema. Entonces, es fácil suponer la magnitud del grado de rigidez predominante en la clase de educación que se debía impartir en aquellos tiempos para poder proporcionar de manera consecuente el tipo de ciudadano requerido por la sociedad de entonces.
En virtud de tal preocupación hombres de una mentalidad tan progresista y revolucionaria en el ámbito cultural, social y político como lo fue el Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa, no pudieron eludir la necesidad de plantear una nueva orientación para la educación que debía implantarse en el país, con el fin de hacer posible una nueva sociedad totalmente distanciada en inquietudes culturales e ideales políticos y sociales, de aquella que predominó durante la dictadura de Juan Vicente Gómez.
Por tal motivo, así como estuvo consciente siempre de la necesidad de formar un magisterio con nueva mentalidad para asumir las responsabilidades del desarrollo futuro del país, asumió de igual modo la tarea de luchar por una educación más a tono con los requerimientos nacionales. Se trataba de un enfoque diferente, según el cual la actividad del educador debía desarrollarse como una función formativa, cuyo mayor énfasis radicaba en el respeto a la personalidad del educando.
Con esta nueva concepción, los intereses del niño y su naturaleza psicofísica pasan a ser los principales elementos a tener en cuenta para determinar las condiciones y propósitos en los que deberá inspirarse el proceso de su formación. El niño es ahora el ser y el sujeto que protagoniza el proceso educativo y no propiamente, como hasta entonces venía ocurriendo, el objeto de la educación. Ahora es un ente propio y autónomo, con esencia y facultades muy bien definidas, para que no se lo continúe considerando sólo como un instante en la vida del hombre.
Ésta pasará a ser una concepción de implicaciones y consecuencias técnicas tan novedosas en cuanto a enfoques y procedimientos pedagógicos, que sus efectos no tardarán mucho en hacerse sentir en la educación, mediante cambios absolutamente radicales en los métodos de enseñanza, hasta favorecer el justo reconocimiento y respeto de la personalidad y naturaleza psicosocial del niño, para lograr de este modo, que se definan y pongan en práctica los principios y normas que deberán regir en el proceso formativo de su personalidad.

El Maestro

La tesis sostenida por el Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa sobre el rol del maestro en la conformación del futuro de Venezuela, se manifiesta como una posibilidad estrechamente vinculada con el progreso de su educación, cuyo logro será cada vez más efectivo y duradero en aquella medida en que los maestros sean capaces de luchar con voluntad para elevar el nivel cultural de sus habitantes.
El maestro debe desempeñarse como un orientador social nato y como consecuencia lo fuerza a tener que cumplir obligaciones profesionales de tan compleja naturaleza que no son fáciles de asumir por ninguno de los otros conductores cívicos de la sociedad. Es el maestro quien tiene capacidad y formación para influir en el comportamiento humano y están capacitados para desarrollar las facultades creativas de los hombres, para hacerlos actuar en la dirección correcta; en una palabra, para educarlos.
En su libro El Concepto del líder, el maestro como líder (1969), Luis Beltrán Prieto Figueroa expresaba lo siguiente:
No puede ser educador quien ha perdido la capacidad para aprender. No puede ser educador quien no sienta la inquietud de renovación permanente, porque la educación es eso, un proceso de cambio y de transformaciones en el cual nosotros cambiamos con el mundo al mismo tiempo que intervenimos en el cambio en éste realizado. Educar es auto educarse.
En este sentido, el Maestro Prieto estudió la situación relacionada con el proceso evolutivo de la educación, tomando en cuenta la debilidad existente entre la identidad nacional y sus raíces, con las exigencias del presente y más aún por su escasa visión proyectiva como servicio que debe estar siempre en guardia contra la obsolescencia y, por consiguiente, intuir y adelantarse a los requerimientos del futuro.
Propugna y estimula el liderazgo del educador para que sepa descubrir y encauzar de manera positiva todas las reservas de creatividad encerradas en el mundo de los jóvenes. Para que descubra y se aproveche de la facultad renovadora de la educación y una vez ya en posesión de tal seguridad procurar juntos, maestros y alumnos, sentir la satisfacción de saberse actualizados para inspirarse un recíproco entusiasmo de superación permanente.

La Escuela Renovada. Métodos de Enseñanza

Para el Maestro Prieto la escuela renovada no consiste sólo en una transformación de métodos y procedimientos, esto apenas son los medios; la Escuela Renovada es la creación de un espíritu. Si la escuela antigua fue expresión de regímenes autocráticos, la educación renovada, que aspira a incorporar a todos los hombres a la vida libre de la colectividad, es democrática, y por tanto pide la intervención de los alumnos en su propia educación, dejando al maestro la función de guía inteligente, que condiciona la experiencia y hace factible una auto dirección de los espíritus infantiles, que marchan a la integración.
Sólo se aprende lo que se practica y por ello es necesario auspiciar la introducción de las prácticas democráticas en la escuela; si el mundo ha de ser democrático, el pueblo precisa aprender a serlo; y cualquiera que sea el régimen educativo será preciso que se enseñe, en cualquier lugar y de cualquier modo. Hay un modo de enseñarlo y la escuela precisa practicarlo.

CONCLUSIONES

1) El Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa fue un educador de avanzada que propuso estrategias en el ámbito educativo, las cuales permanecen vigentes y que a pesar de la simplicidad con que planteó su filosofía, aún se intentan concretar sin resultados óptimos, quizá por falta de un verdadero compromiso de cambio.
2) Sus aportes fueron numerosos, especialmente dirigidos hacia la dignificación de la profesión docente a través de su continua formación, concientización y compromiso con sus funciones, liderizando el proceso de descubrir y encauzar el potencial que cada estudiante posee para su desarrollo humano y el de la sociedad.
3) Fue el primero en reconocer que los estudiantes no son objetos de la educación sino más bien sujetos protagonistas activas de este proceso y por lo tanto es necesario considerar sus individualidades, en oposición al modelo autoritario que prevaleció durante todo el siglo XIX e inicios del XX.
4) Afirmó la necesidad de que la educación se masificara, y que fuese herramienta para que la sociedad evolucionara hacia el progreso; este progreso debe ser cónsono con las políticas del Estado, el cual debe asumir su cuota de responsabilidad dentro del sistema educativo.

REFERENCIAS

Peña, A. (1979). Conversaciones con Luis Beltrán Prieto. Caracas: Editorial Ateneo de Caracas.
Prieto F, L. (2005). De una educación de castas a una educación de masas. (Edición Especial UNESCO). Caracas: Editorial Metrópolis
Rivas, E. (2001). Luis Beltrán Prieto Figueroa, el auténtico maestro de la juventud. Revista de Pedagogía, Vol. XXII, Nº 65. Disponible en: www.revele.com.ve/pdf/revista_ de_pedagogia/volxxii-n65/pag519.pdf. [Consulta: Enero 2006, 25]
Rivas, E. (2003). Luis Beltrán Prieto Figueroa: Paradigma del educador integral. Disponible en: http://www2.bvs.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-00872003000200009&lng=es&nrm=iso&tlng=es. [Consulta: Enero 2006,25]


Elaborado por:
Yanira Varelis
UCAB - Guayana
Cátedra Filosofía de la Educación (2006)

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